Soy una chica felíz, con miles de colores en la mirada que me permiten disfrutar la vida de manera diferente, con miles de sonrisas para compartir con quien se deje, a veces un poco rara, pero al fin y al cabo felíz...

viernes, agosto 05, 2005

$60 pesos valen más si la inversión es humana

Circuito esquina con Marina Nacional. 7:30pm. Tráfico, aburrimiento y un poco de desesperación. Afortunadamente podía tararear una de las canciones del tan anhelado disco de Coldplay que por fin pude adquirir el fin de semana pasado, así que no todo era malo. Entre tanto desmadrito vial, tenía suficiente tiempo para pensar en las compras del fin anterior... bueno, sólo unos segundos, pero que importa el tiempo cuando los buenos recuerdos son para siempre. Y yo que seguía pensando un poco en mi afortunada vida, en el carro de al lado, en el semáforo... hay! el semáforo.

Un ser humano corriente. 7:32pm. Cansancio, frío y tal vez un poco de hambre. Desafortunadamente nadie cedía ante las desesperadas peticiones de limpiar el parabrisas. Contar con tan sólo unos minutos para conseguir unos pesos debe ser una tarea difícil, y más cuando la desconfianza, el terror y la apatía forman parte de la vestimenta de los demás, así que pedir trabajo ya no se vuelve una cuestión de habilidad, ni de improvisación, se vuelve un rito de imploración. Y él, seguía suplicando carro tras carro una oportunidad, y de pronto estaba enfrente de mí.

Me pareció un acto de bondad permitir que limpiara mi parabrisas, tan sucio de una lluvia tras otra, de cualquier manera, aunque me volviera a llover, seguramente estaría mejor de como estaba. Pero entre tanto divagar en mi mente sobre las compras, mi nuevo disco, el jabón enfrente de mí y ese rostro flaco y ojeroso... ups, una moneda! Busqué y traté de encontrar una moneda en mi pantalón, pero mis esfuerzos fueron en vano... con eso de que soy felízmente una asalariada, pues puro billete en la cartera... por que no!. Pero nunca una denominación acostumbrada para ese tipo de recompensas viales... charros, mi última opción uno de a 100. Pero, son 100 varos!!!! no... por supuesto que no!... demasiado dinero... ¿o demasiado poco?

Los segundos pasaban y el semáforo no era eterno, así que decidí negociar con aquel hombre, después de todo, sería una barrabasada y una total incongruencia de mi ser no darle nada al pobre hombre, porque en eso soy distinta. Cualquiera otra persona hubiera arrancado sin remordimiento alguno, pero para mí, el trabajo es el trabajo sin importar lo bueno o malo que este sea, sin importar el grado de grandeza que uno pueda darle, para la persona que trabaja es importante, así que creo yo, no hay derecho de menospreciar el esfuerzo de otros. ¿Cambio?... ¿ de cuánto?... 100... (chale!) tengo cuarenta... madres!!!!

Y en menos de un segundo acepté. ¿Porqué? porque mientras trataba de buscar alguna otra opción en mi auto, pude ver de reojo la caja de mi disco nuevo de $186 pesos, mi bolsa de $600, mi rimel de otros $200, mi chaqueta, la ropa que apenas voy a estrenar, mi reloj... Y entre tantas monedas recibidas, tuve suficiente tiempo para escuchar una bendición de labios de un total y absoluto desconocido... bueno, sólo unas fracciones de segundo, pero que importa el tiempo cuando las palabras y la mirada de agradecimiento verdadero son para siempre.

Y entonces pensé un poco en mi afortunada vida, en mis antojos, en mis trivialidades... en las tantas carencias con las que otros sobreviven en este mundo; en esta ciudad, en la pobreza, en los sueños de esa gente que nadie voltea a ver, en su mirada, en mi corazón de pollo y en la mala costubre de no compartir. $60 son demasiado dinero para un simple limpia parabrisas de Marina, pero para mí, esos instantes de fe en esa mirada, valen mucho más.

1 Comments:

Blogger The Bridger said...

Y bendita seas por eso....

01 noviembre, 2005

 

Publicar un comentario

<< Home