mi tiempo de reflexión

Resulta que tradicionalmente estas épocas son de reflexión... aunque debiéramos de reflexionar siempre, en todo momento del año, pero bueno, digamos que Navidad y fin de año son los mejores pretextos para vendernos y comprar lo humanos, bondadosos y reflexivos que somos... mortales, al fin y al cabo... mortales.

Me pregunto si existe alguien a quien la reflexión no lo asalte alguna vez en la noche momentos antes de dormir, o durante el camino a casa, o cuando una viejecita se acerca a la ventana del coche ofreciendo cigarros y dulces... o cuando se atraviesa un espejo... ¡cielos!, que inevitable se vuelve para mí no revolotear sueños, pensamientos, deseos y miedos cuando algo así sucede frente a mi. Y entonces digamos que reflexiono.

Y en últimas fecha he reflexionado sobre el futuro integrante de la familia, en sus papás y sobre todo el la gran panza de la mamá... que maravilloso convertirse en una luna llena de día y de noche y recoger de los amaneceres cachitos de luz hasta ya no poder con tanta energía y entonces explotar como un gran big - bang!!!... ¡maravilloso!

También he encontrado personajes de mi vida que jamás pensé volverme a topar... y 8 años después la vida se ha encargado de al fin, darme la lección que en aquel entonces nunca comprendí... pero bueno, sigo sin entender muchas de esas lecciones, aunque sé que algún día lo lejano deja de serlo para invocar al presente y el comienzo de un nuevo futuro, y será en ese punto cuando entienda, una vez más, porqué es grandioso no siempre seguir la vida al pie de la letra... aunque ahora comprendo que hay cosas que inevitablemente tienen que seguirse al pie de la letra, y no porque queramos, sino porque la vida así lo exige... así como nosotros le exigimos a ella ¿no creen?

Y hablando del futuro, confieso que nunca me ha agradado hablar de él y siempre tuve en mente un día, un momento, un pensamiento, una situación, un deseo... claramente lejano. Nunca me imaginé que ese día tan lejano llegaría tan pronto a mi mente y que se instalaría ahí como lo haría un niño en espera de la llamada de atención y de tremendo reporte por parte de la directora del colegio... impaciente, asustado, con ganas de echarse a correr... así está este gran pensamiento en mi mente, ahora entretejido con sueños, ansia, incertidumbre, miedo, ambición y creo, madurez... pero seguro que duda entre enfrentar su existencia actual para luego resolverse y morir o salir corriendo y desaparecer, cuando menos por un tiempo.

Pero no puedo negar que todo en la vida es como un gran rompecabezas... las piezas van donde tienen que ir y todo lo vivido sólo sirve para intentar colocar las piezas en su lugar. Ojalá ahora que viene Navidad, alguien me regale uno... ja! a ver si así me voy entrenando un poco, porque así como va mi vida tendré que mover algunas piezas... ¿Alguien podrá regalarme un remedio contra la incertidumbre de mis 26? Aunque revoloteen miles de cosas en mi cabeza, sigo siendo sólo la coautora de mi historia, una simple mujer, al fin y al cabo... una mortal.