Soy una chica felíz, con miles de colores en la mirada que me permiten disfrutar la vida de manera diferente, con miles de sonrisas para compartir con quien se deje, a veces un poco rara, pero al fin y al cabo felíz...

viernes, julio 29, 2005

Riiing!!!

Estoy aquí, esperando algún tipo de señal divina para salir corriendo y saciar mi enorme hambre... me bastaría con escuchar el teléfono que tengo a mi lado para oír que la comida de Laura ha llegado a recepción, entonces al fin, podríamos comer... y saciaría mi hambre... de comida, por lo menos.

A veces pienso que ambiciono mucho y espero demasiado de la vida, como si una simple mortal como yo, mereciera todo lo bueno y lo lindo de éste planeta, pero luego me detengo y me pregunto: ¿Y por qué no habría de merecer todo lo bueno y lo lindo del planeta? Eso sí, estoy convencida de que nada en esta vida es de a grapa, así que para obtener cualquier tipo de satisfacción, no hay de otra, se tiene que trabajar duro... y mira que demasiado duro. Pero finalmente creo que mis capacidades intelectuales me dan para llegar a tener eso y mucho más...!

El teléfono no ha sonado y sigo sintiendo hambre... de hecho ahora mi cabeza está llena de todo tipo de antojos, desde los más simples y carentes de grandes sabores, aromas y estilos como podría ser una canica brillante, sí, una que tuviera adentro diamantina y que brillara con la luz (si alguine la conoce, por favor, preséntenmela) o no sé, ¿que tal unos cuantos arrocitos al vapor? (que de hecho también esperan impacientes a que llegue la comida de Laura...) hasta los antojos más comunes y grandes, inherentes al soñador y melancólico ser humano; que tal una vida primermundista y unas muchas libras esterlinas en el banco, o la eterna y completa libertad de trabajar sin un jefe que complique todo en dos segundos o un súper auto a prueba de inundaciones viales en el D.F., aunque no descarto un rico y delicioso brownie con helado de vainilla para el postre, súper gordo, pero perfecto para el tan anhelado postre de viernes...

Y mientras sigo pensando en todos y cada uno de mis antojos como si fueran tremendo chubasco de la tarde de ayer, Laura sigue muy concentrada en su trabajo, tan ensimismada en sí misma y tal vez en su trabajo, que está completamente ciega ante la profunda reflexión que su comida ha venido a causar en mi cabeza... ¿será que no tiene hambre?... pero pasa de las 3:00!!! o ¿será que su hambre sólo es mental? Me pregunto si es una mujer aparentemente resuelta pero llena de antojos como yo, o puede que sea más elemental y sólo esté esperando a que suene el teléfono... como yo.