Cosas lindas de la semana

Cosas grandes han pasado en mi vida esta última semana... y de pronto todo se vé tan bien... ¿será porque al fin hago evidente mi unión al tan controversial y antiguamente mal posicionado grupo de miopes, cegatones, astigmáticos, cuatro ojos y demás?... me alegra que dicho sector de la población , al que ahora pertenesco, haya recibido en los últimos tiempos, un ápice de modernidad y mercadotecnia, porque ahora nos posiciona muchísimo mejor que antes... que tal ese aire de intelectualidad escondido en tan elegante, retro y condechi armazón, o que tal esa facha de "soy miope pero cool" con la que algunos de los de mi especie deambulan por el mundo, en fin, sólo espero poder acostumbrarme a ese nuevo mundo que percibo cada vez que volteo a ver el piso!!!! ...al infinito y más allá!!! ja, ja, ja!

Lo malo es que los temporalmente "malditos" lentes, creyeran que su misión en la vida, es aplastarme el seso y peor aún, hacer de mi orejita derecha todo un martirio, por eso es mejor desaparecerlos de mi vista por unos dias más, para no olvidarme de lo bien etiquetado que están en mi consciencia y sobre todo, en mi voluntad. Y con ese nuevo look disque europeo que ahora me cargo, esta semana encontré cosas lindas del mundo:

1. Nuevas barras de Special K sabor chocolate
2. Trabajar en la Secretaría de Economía no es malo, si trabajas en la Torre de Pichacho...
3. Tu profesionalismo, según algunas personas, aumenta si usas lentes!
4. La comida de La Bodeguita del Medio
5. La soltería, aunque temporal, no deja de ser soltería , jupi!
6. El único elemento masculino que vale la pena, aunque sea visualmente, en el piso 11
7. Such Great Heights de The Postal Service
8. La esperanza de ver a U2 el próximo año
9. Tomar cafecito y tener una sombrilla cuando todos están congelándose por el chipi chipi!
10. Mi pantalón café desmanchable
11. Un beso de despedida sin lágrimas
... y lo mejor de todo: mi cara de tía en el espejo!!! gracias a los autores por ello...

Magia en tiempo real

Dicen que después de la tormenta viene la calma... ojalá esta calma que siento ahora, dure mucho tiempo, antes de volver a caer en el agobio de la vida citadina. Después de casi tres semanas de trabajo intenso, de nuevo tengo el ánimo de llegar con una de esas sonrisas que fluyen naturalmente cuando piensas en tu trabajo, tus compañeros, tus proyectos... y te sientes entonces productivo, y crees que estás haciendo un bien a la humanidad y minuto a minuto te convences a ti mismo de que te estás superando en la vida... aunque al quinto minuto, la magia de tal pensamiento acabe por convertirse una vez más, en un pedacito de realidad.

Demonios!, otra vez la realidad... esa realidad que no termina de convencerme. Y no es que me la viva en las nubes, soñando despierta todo el tiempo con un mundo felíz, y tampoco me quejo de mi vida, es que simplemente no entiendo porque nosostros mismos nos obligamos a entrar en un sistema laboral del que TODOS, absolutamente TODOS tenemos, al menos, una queja; y eso que sólo me refiero al trabajo, pero no hay que olvidar que pertenecemos también a un sistema social, a uno familiar, a uno profesional... aunque en todos estos estoy segura de estar felíz como lombriz!

Lo maravilloso de todo este asunto, es que cada momento de magia que uno experimenta en esos momentos de serenidad mental, es un pedacito de nuestra realidad... eso significa que no todo en nuestras vidas es tan serio, objetivo, cruel y desalentador como podríamos pensar, y sí, siempre existen cosas de las que nuestra razón no puede escapar tan fácilmente... (y que bueno, si así la humanidad cada día está en el hoyo...) pero eso significa que con un poquito de atención podemos conservar esa magia en nuestra mente antes de permitirle a la razón convertirla en la realidad que no nos gusta, ¿no es mejor conservala a la par de nuestro tiempo real, aunque sea por unos momentos? Finalmente todo depende de nuestras propias decisiones.

Así es que mañana, cuando empiece mi día y sienta en mi rostro una sonrisa, voy a poner más atención a los instantes que le siguen, para intentar que esa calma, dure mucho más tiempo, antes de volver a caer, una vez más, en el agobio de la vida citadina, para que cuando eso suceda, mi día de vida citadina no sea más que otro escalón... ¿hacia donde?... hacia la realidad que quiero para mí.